CONECTIVIDAD AMBIENTAL

Tramo de carretera de la VA-20 con varios coches circulando a través de ella y un camino de grava que transcurre en paralelo.

CORREDOR ECOLÓGICO INTERIOR VA-20

Para fomentar la conectividad ambiental en la ciudad se va a realizar el Corredor Ecológico Interior VA-20, que comprende desde la carretera de Burgos hasta la de Segovia. En concreto, se va a actuar en un tramo de 8,5 km de distancia, sobre una superficie de 31,20 ha, humanizando todo este corredor con distintas plantaciones arbóreas, arbustivas y con praderas naturales, en las franjas laterales, en la mediana central y en todas las rotondas. Asimismo, la gran longitud y superficie de este corredor permite, a su vez, la conexión e integración con otros corredores naturales como el Río Esgueva y el Canal del Duero, así como con numerosos parques y zonas verdes como ‘El Tomillo’ o con el Cerro de San Cristóbal.

CAMINOS DE SOMBRA

Con esta acción se acometerán nuevas plantaciones en calles y ámbitos urbanos desarbolados, la mejor forma de combatir la isla de calor urbana y la forma más realista de contribuir a una renaturalización de la ciudad. Las plantaciones de árboles reportarán múltiples beneficios, entre los que destacan el aumento de la biodiversidad urbana, la absorción de CO2 y la consiguiente ayuda a la mitigación del cambio climático. Englobado en esta estrategia se diseñarán caminos de sombra, que conectarán parques y espacios verdes y azules, así como otros recursos de la ciudad. Asimismo, se incluye la renaturalización de patios y de entornos de centros educativos mediante plantaciones de arbolado.

Camino terroso que transcurre entre árboles con un banco a la izquiuerda y el cielo azul de fondo
Caminos ancho que se pierde entre un bosque verde

BOSQUES ISLA

Es crucial implementar acciones piloto que adapten iniciativas de cara a la mejora de la salud de la naturaleza y a la protección de la biodiversidad, como el «Método Miyawaki». Este método debe adaptarse a las condiciones locales, estableciendo parcelas piloto y dispositivos experimentales para medir la biodiversidad, la fijación de carbono y el microclima forestal. Inicialmente, se van a tomar como partida dos enclaves de 1.500 m2, capaces de albergar retazos de bosques autóctono que permitan un estudio y seguimiento. Además, está previsto no solo realizar plantaciones forestales, sino que también se crearán hábitats de carácter mediterráneo, adaptados al clima y al suelo de Valladolid.